La ciudad de Jerusalén es quizá la más famosa del mundo. De ella emergieron las tres religiones más poderosas de occidente: el Cristianismo, Judaísmo y el Islamismo. La ciudad se construyó en torno a la más poderosa y sagrada reliquia, el Arca de la Alianza. Hace aproximadamente 3 mil años, el Arca de la Alianza estuvo en Jerusalén siendo adorada como lo más sagrado sobre la Tierra. Misteriosamente desapareció y desde ese entonces ha sido la causa de la búsqueda más intensa de los aventureros, arqueólogos y excéntricos que piensan, que quien la encuentre se convertirá en el hombre más poderoso de la Tierra, tanto material (bélico) como espiritual. Son infinitas las leyendas que existen sobre este "enigma sagrado", que hasta el mismo Fürher, Adolfo Hitler, gran esoterista, invirtió parte de su tiempo y capital en localizarla. El rey David, al iniciar su reinado a finales del siglo XI a. C. hizo traer el arca a un monte sobre el cual estaba una enorme piedra plana. Sobre ella, pensaba mandar a construir un templo para que ahí reposara el Arca, pero la muerte le impidió ver cumplido ese sueño. Su hijo Salomón (970-931 a. C.), se encargó de cumplir el sueño de su padre. En el centro de Jerusalén se erigía el templo construido por Salomón, y ahí estuvo ese estandarte divino hasta algo después del año 900 a. C. Después, desapareció y no se le volvió a mencionar para nada.
Son infinitos los lugares donde se supone está guardado este estandarte. Incluso, se dice que secretamente fue a parar a Etiopía, donde actualmente descansa. La reina de Saba, quien partió hacia su tierra, después de haber convivido con el rey Salomón, iba embarazada y al llegar a su tierra, nació Menelik I, hijo de Salomón, futuro rey de Etiopía. Durante su adolescencia, Menelik fue enviado al lado de su padre para que recibiera educación, de quien era considerado el hombre más sabio de la tierra, el rey Salomón. Ahí estuvo varios años, y a pesar de las súplicas para que se quedara para siempre a su lado, Menelik abandonó Jerusalén partiendo a Etiopía, para heredar el trono de su madre.
Una tradición dice que en su viaje de regreso a Etiopía, Menelik llevó consigo el Arca de la Alianza y la guardó en su reino. Esto no resulta tan descabellado si tomamos en cuenta lo que en 1989, dijo el periodista británico Graham Hancock. Aseguró que el Arca no se encontraba perdida y que estaba a salvo en Etiopía. Según tradiciones, el rey Ezana, de Etiopía, decidió trasladar el Arca a Axum, siendo guardada finalmente en la Iglesia de Nuestra Señora de Sión. Dicen los etíopes, que el Arca es custodiada por un sacerdote, descendiente de levitas, quienes eran los encargados de cuidar de ese tesoro. El libro sagrado etíope, "Kebra Nagast", cuenta que cuando Salomón se dio cuenta que su hijo Menelik había cometido ese hurto, pensó de inmediato enviar un ejército para su captura. Pero otro sueño le reveló que era la voluntad de Dios y que no hiciera nada. Así mantuvo en secreto la desaparición de esa reliquia sagrada.
En la época de las cruzadas cristianas, un grupo de nobles franceses, una vez expulsados los musulmanes de Jerusalén, se dedicaron a proteger a los viajeros. Ese grupo fue conocido como "Templarios". Cuando excavaron donde estuvo el Templo de Salomón, algo encontraron y eso permaneció en secreto. Fue tan grande ese hallazgo que toda Europa estuvo a sus pies. Hasta el mismo rey francés y el Papa temblaban, por el poder que pronto adquirieron esos caballeros. Ambas partes (Vaticano y rey francés) se aliaron para exterminar a quienes en un principio sirvieron a la Iglesia, pero que ahora estaban más fuertes que ellos. Pero los templarios, conocedores de este complot, para continuar existiendo, invirtieron en América formando la masonería, que hasta la fecha existe.
Hay que tomar en cuenta ciertas curiosidades que encerraban al Arca de la Alianza. Fue construida con madera (material aislante), los sacerdotes que tenían acceso a ella, vestían un Efod (traje especial), que portaba una cadena de oro, la cual servía para disipar a tierra energía. Las placas de oro, la convertían en un poderoso condensador eléctrico, formado por un par de superficies conductoras separadas por un material dieléctrico. En un entorno seco, acumulaba mucha energía estática. Por eso, cuando los filisteos robaron El Arca de la Alianza, más tardaron en hacerlo que en desprenderse de ella. Muchas calamidades se cernieron sobre ese pueblo y decidieron que unas vacas sacaran de la ciudad ese "extraño artefacto" que cegaba vidas humanas y de animales. Y cuando el Arca era transportada por los levitas, estuvo a punto de caer y un soldado, de buena fe la tocó quedando fulminado en el acto.
Un enigma total, donde estará esta Arca de la Alianza, señal de la Presencia de Dios en medio de su pueblo.
fuente: http://www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n1862401.htm