Israel Rokaj, un veterano socorrista de la concurrida playa de Bat Yam, se aprestaba a iniciar una nueva jornada bajo el justiciero sol cuando, repentinamente y a muy pocos metros, un objeto descendía de los cielos. "Grité a mis compañeros por tirarme lo que parecía una piedra pero enseguida empezó a arder. Me quedé frío", recuerda el socorrista. Los bañistas rodearon el objeto alucinando al comprobar que el objeto no se apagaba ni con grandes dosis de agua.
"Lo metimos en el mar pero cada que vez lo sacábamos volvía a arder. Así ocho veces. ¡Increíble!", comenta Yosi Mizraji, otro socorrista que apunta medio bromeando dos posibilidades: "Es un meteorito o una señal de Dios. O quizás las dos cosas". Los artificieros de la Policía de Tel Aviv fueron movilizados y tras comprobar que no se trataba del resto de un cohete o explosivo se lo llevaron para el obligado examen.
En el video difundido el domingo por la Policía de Tel Aviv, los testigos de la celestial caída gritan entre el asombro e incredulidad, repitiendo en hebreo frases como "¡Qué pasada!", "¡Ha caído del cielo!" o "Espero que no nos caigan otros 100.000 como éste!".
ver el video: http://www.youtube.com/watch?v=X56ySRiW-9o&feature=related
El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezclados con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra;
y la tercera parte de los árboles se quemó, y se quemó toda la hierba verde.
El segundo ángel tocó la trompeta, y como una gran montaña ardiendo en fuego fue precipitada en el mar;
y la tercera parte del mar se convirtió en sangre.
Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera parte de las naves fue destruida.
Apocalipsis 8:7-9